EL FALLECIMIENTO DE LA SEÑORA CRISÁLIDA

Hace tiempo dejamos una crisálida en un bote con tierra. Después de un largo periodo decidimos ver si estaba muerta o si seguía con vida. Abrimos el bote y observamos lo que pasaba.

La crisálida estaba muerta porque la tierra estaba seca y la difunta no tenía suficiente agua para que  se conservara fresca. Junto a ella vimos el exoesqueleto de otro bicho que seguramente le había ocurrido lo mismo. La crisálida, al estar deshidratada, se había hecho más pequeña, tenía la piel rugosa y naranja. Creemos que esta tragedia ha ocurrido por un pequeño error nuestro: No le hicimos demasiado caso y se nos olvidó echarle gotitas de agua.

LA DIFUNTA "ANARANJADA"

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