CUENTOS BREVES

El niño y su pájaro

Erase una vez un niño que tenía un pájaro que se llamaba Picico. Le daba la comida y  agua y también jugaban pero un día la ventana estaba abierta,  el pájaro se escapó y estaba triste el niño. Pero un día su padre iba al trabajo y encontró al pájaro. Su padre le dio su pájaro y jugaban, le daba agua y también le daba comida.

El niños y su perro

Erase una vez un perro. Ese perro era de un rey y ese rey vivía en Egipto. Tenía un amigo y ese amigo tenía un avión y su avión se rompió. Se compró otro avión. Viajaron hasta Salou, durmieron cuatro días y se fueron a casa. Se le murió el perro y compró otro perro. 

La lagartija y el mono

Había una lagartija que estaba todo el rato en la pared porque estaba al sol. Un día fue al campo, se encontró con un mono y le dijo la lagartija:

– ¡Hola mono! ¿Quieres ser mi amigo?

– Sí vale. ¿Quieres vivir conmigo?- le preguntó el mono

– No puedo- dijo la lagartija- porque tengo familia y también tengo que ir a comer insectos pequeños.

– Bueno, voy a tu casa- dijo el mono.

– S í- contestó la lagartija.

Y fueron felices y comieron perdices. 

El niño y el pájaro

Había   un  niño   que   cumplía los años el 12 de junio y le regalaron un pájaro, un coche de juguete y un tractor de color verde. Estaba muy contento porque le habían regalado muchas cosas. Y fueron felices y comieron perdices. 

El caracol y el niño

Había una vez un niño que fue a coger caracoles. Cogió uno   no se lo comió y se lo quedó de mascota porque se hicieron muy amigos.  El niño le puso de nombre  Miricol y jugaban a carreras de caracoles.

El niño y el caracol

Un día un  niño que  se  llamaba  Lari tenía  una                     mascota que se   llamaba  Rali  y  era un  caracol. Paseaban    por   las  calles  y  luego  el   caracol  se  encontró   una  chica  y  se enamoraron     y   se     escaparon    por   la  noche y   se casaron. Colorín   colorado este cuento se ha acabado.

El niño y su caballo

Érase una vez un niño que tenía un caballo que se llamaba Castaño. Su pelaje era  marrón oscuro. Hacía mucho caso y era  muy bueno. El caballo un día se rompió una pata, lo sacrificaron y compraron otro. 

EL PERRO TRAVIESO

Había una vez un perro que se llamaba Wisci. Se escapaba todos los días y un dia se perdió. Su dueño estaba preocupado y le buscó por todas partes y no lo encontró.

Lo encontró otro dueño y se lo quedó. Pero el perro se sentía muy triste y fue a la casa de Jon, que era su dueño, y ya se sintió muy bien. Y el segundo dueño se compró otro perro.

F in

EL PERRO DE MI VECINO

Hace tres años en la casa del vecino había un perro. Era un dálmata llamado Blelo. Era pequeño y amable. Su dueño Bollo era pequeño pero majo.

Un día estaba jugando con la pelota y se me cayó pero dije:

-Le iré a pedir la pelota al vecino. Será pan comido.

Pero cuando fui a hacerlo el dueño no estaba. Y si el perro no está con su dueño no quiere que nadie esté con él. Así que se lo dije a mis padres y me dijeron que ya me lo daría Bollo cuando volviera.

Así que me fui a mi cuarto y me puse a jugar. Al pasar un rato oí un ladrido y vi a Blelo con su dueño. Sin dudarlo un momento fui a pedírsela pero me dijo que había desaparecido porque el perro la acababa de tirar a la carretera.

Entonces subí a mi cuarto y me sorprendí al ver un collar muy bonito al lado de mi muñeca. Me lo puse y sentí un cosquilleo en mi cuerpo y de repente me convertí en una súper-heroína. Tenía un antifaz rosa, una capa azul, una camiseta de tonos morados, una falda roja y unas botas marrones.

Salí de mi habitación y fui a buscar la pelota y la encontré debajo de un coche. A partir de aquel día pude salvar a la gente y encontrar sus cosas. Y eso es lo más emocionante que me ha pasado en mi vida.

EL PERRO DEL VECINO

Había una vez un perro que estaba todo el rato ladrando. Había un niño que oía los ladridos del perro y un día estaba jugando con una pelota y se le cayó la pelota al jardín donde estaba el perro salchicha.

El niño se asustó porque pensaba que el perro era gigante. Luego el niño no se atrevía a pasar al jardín porque oía ladridos terribles. Por eso se asustaba el niño. Pero no eran ladridos del perro, eran de una cámara que grababa todo. Por eso el niño se asustaba y el cartero no dejaba las cartas en el buzón.

Un día su vecino le dijo al dueño del perro que no gritara más el perro, que nos molesta. Y le hizo caso.

Fin

EL PERRO DE MI VECINO

Hace 2 años tenía un vecino llamado Arturo, con pelo negro como la noche, alto y con ojos azules como el cielo que tenía un perro llamado Roki. Roki Era flaco con mucho pelo, con ojos verdes como la hierba, pequeño, blanco como la nieve y muy alucinante, porque sabía hablar, andar a dos patas, jugar al rugby, al baloncesto, andar en bicicleta etc. También sabía hacer malabares pero su dueño no tenía ni idea de que Roki sabía hacer todo eso porque Roki lo hacía a escondidas porque el sabía que su dueño quería tener un perro normal porque todos los perros que había tenido no eran muy normales.

Pero un día Arturo se enteró de todo porque le pilló haciendo malabares de pie en el jardín y le despachó de casa.

Pero un día otro chico llamado Matías le acogió en su casa. Matías era bajo, pelirrojo y con ojos marrones como la madera.

Matías alucinó con todo lo que sabía hacer Roki y lo llevó a museos, a circos etc.

Y con eso ganaba millones de euros.

Roki estaba muy a gusto con su nuevo dueño. Y un día se encontró con Arturo Y Arturo le dijo a Roki:

– Perdón por haberte echado de casa pero es que yo ahora ya tengo otro perro, no puedo acogerte de nuevo.

Y luego dijo Roki:

No pasa nada yo también tengo un nuevo dueño.

Y entonces se desearon suerte en la vida.

Y todos vivieron felices y comieron perdices.

EL PERRO TRAVIESO

Había una vez un perro que se llamaba Wisci. Se escapaba todos los días y un día se perdió. Su dueño estaba preocupado y lo buscó por todas partes y no lo encontró.

Lo encontró otro dueño y se lo quedó. Pero el perro se sentía muy triste y fue a la casa de Jon, que era su dueño, y ya se sintió muy bien. Y el segundo dueño se compró otro perro.

Fin

CUENTOS PARA NIÑOS

EL PERRO DÁLMATA

Había una vez un perro que se llamaba Escai. Era un perro que le gustaba correr por la calle, dibujar, dormir y leer.

A las cinco de la tarde su dueño le llevó a pasear. El perro encontró a una perra como él, se miraron y se casaron.

EL PADRE Y LA CHICA

Érase una vez un padre que se llamaba Papá. Un día se fueron de vacaciones el padre y la hija a la playa. Cogieron conchas, se bañaron, jugaron al pilla pilla, hicieron castillos y se lo pasaron genial.

A las cuatro de la tarde volvieron a casa.

LA MADRE Y EL HIJO

Había una vez un niño que cuando su mamá le regalaba cosas las perdía. Una mañana le dijo:

– Vete a buscar todas las cosas que te he regalado.

Y le dice el niño a la madre:

– ¡Las he perdido todas, mamá!

– Pues muy mal. Vete a buscarlas.

Fue a buscarlas durante seis horas y no las encontró. Bajó y fue a decírselo a su mamá:

– No las he encontrado.

– ¿A qué voy y las encuentro todas?

Las encontró y le pegó. El niño aprendió que tiene que acordarse de donde están sus cosas.

EL PADRE Y EL BEBÉ

Había una vez un bebé que crecía y crecía y se volvió grande. Por las tardes estaba durmiendo el padre y el chico que había crecido le dice:

– Papá, ¿puedo ir a al parque?

Y le dice el padre:

– Sí puedes, pero ten cuidado.

Y se fue y el padre se durmió.

CONFLICTO RESUELTO

Erase que se era. Hace miles de años en una ciudad llamada Rondella la mayoría de la gente tenia el pelo negro como la noche y por cierto era muy agradable. Vivían en una ciudad con poquísimas cosas y se conformaban con lo que tenían y por su puesto estaban contentísimos de tener un mar.

Pero había otra ciudad llamada Rancha con la mayoría de gente de ojos azules como el cielo. Presumían de tener piscina pero lo que más rabia les daba era que ellos no tenían mar y los de la otra ciudad sí.

Pero un día los de la ciudad de Rancha pensaron que podían engañarles a los de la ciudad de Rondella diciéndoles que hacían un intercambio: ir ellos al mar de la ciudad de Rondella y los otros a la piscina. Luego cuando vayan los de la otra ciudad a la piscina se la cierran.

La gente de la ciudad de Rancha se lo dijo a la gente de la otra ciudad y lo aceptaron.

Pero cuando los de la ciudad de Rondella fueron a la piscina la habían cerrado y cuando se enteraron les dijeron a los de la otra ciudad:

-¿Porque habéis cerrado la piscina? Que nosotros os hemos dejado entrar al mar.

Y luego los de la ciudad de Rancha contestaron:

-Para que os fastidiéis.

Pero luego dijo el alcalde de Rondella:

-¿No es mejor que estemos todos en armonía?

Y los de la ciudad de Rancha contestaron:

-Pues también es verdad.

A partir de aquel día compartieron todo. Estuvieron en armonía y vivieron felices y comieron perdices.