En una ciudad muy grande de América vivía una familia de frutas. Los miembros de esta familia eran: El padre, que era un melón, la madre, que era una sandía, el hijo mayor, que era una piña, la hija mediana, que era una hermosa manzana, y la hija pequeña que era una pera.
Los tres niños de la familia querían ir a un parque nuevo en la ciudad llamado “Tutifrutilandia” pero sus padres no les podían llevar porque la madre no sabía conducir y el padre tenía mucho trabajo en la oficina.
Muy disgustados y enfadados los chicos por la tarde se encerraron en sus cuartos sin salir ni para cenar. Sus padres intentaban conseguir que salieran pero cuanto más insistían menos caso les hacían.
A la mañana siguiente llegó la hora de ir al colegio pero cuando bajaron a desayunar sus padres les comunicaron que ese día no iban a ir a la escuela. Ellos les preguntaron cual era la razón para no acudir al colegio y les dijeron que los iban a llevar a Tutifrutilandia.
Los tres hijos empezaron a gritar y a saltar de alegría. En media hora llegaron al parque y los niños querían montarse en todas las atracciones. El hijo mayor y la hija mediana se podían montar en todas las atracciones porque tenían la altura suficiente pero la pequeña no podía porque era bajita. Su madre para consolarla le dijo que había una zona especial para los niños como ella y que los niños como sus hermanos no podían entrar. La pequeña frutita se alegro muchísimo.
Llegó la hora de cerrar el parque así que la familia se marchó a casa. Los niños les dieron las gracias a sus padres por esa sorpresa tan agradable que les habían dado.
fin
MARÍA
Ayysss, tengo cuarenta y un años, pero cuando veo lo que haceis en vuestro cole, quisiera volver a tener ocho. Me gusta como aprendeis las cosas, me hubiera gustado mucho ver un exoesqueleto de saltamontes, que no he visto ninguno en mi vida, y me encantaría haber escrito el Tuttifrutilandia. Felicitaciones a todos, y no olvideis agradecer a quien os enseña tan rebién. Besicos.