El cinco de enero el suelo del frontón de Ujué se encontraba amarillo. Todo empezó cuando unos niños-as fueron a jugar al frontón y lo encontraron amarillento. Después de unos minutos se dieron cuenta de que esa sustancia les impedía jugar y pidieron escobas a los vecinos para barrerlo. Lo barrieron. Al principio pensaron que era azufre porque algunos vieron que se parecía al veneno que los agricultores echan al campo. Este suceso llamó mucho la atención a los vecinos del pueblo porque nunca habían visto algo igual en esas fechas.
Hemos averiguado que los cipreses sueltan el polen a finales de febrero pero como ha hecho tanto calor lo han sacado antes. Por culpa del polen hubo un par de personas con alergia y no podían respirar. Una vecina se vio afectada por esta situación, notaba que se ahogaba y se tuvo que marchar. Parece ser que esto pasó por culpa del cambio climático.