Suri era una pollita marrón con alguna motita negra. Nació y se crío en la escuela con muy buenos cuidados. Comía lo que le gustaba, jugaba con lo que quería,… Era muy feliz.
Cuando cumplió un mes le cantamos “el cumpleaños feliz” y después de su fiesta se fue a vivir a la granja de Oier. Allí tenía mucha libertad y muchas compañeras-os. Ponía unos huevos exquisitos. En la misma granja la trasladaron a otro sitio con nuevas gallinas y creemos que no le dejaban comer. Poco a poco fue adelgazando y el 28 de febrero, con un año y cuatro meses, nos dieron la triste noticia de que la gallina había fallecido.