Había una vez un oso que se llamaba Licho. Un día se alejó de su madre. Por la noche no sabía volver a casa y se durmió. A la mañana siguiente estaba en un circo y la gente le echaba comida. Estaba muy triste. Después de ocho años tenía doce y aún estaba en la jaula. Al final se escapó, recordó el camino a casa pero cuando volvió su madre estaba enferma pero él con un gran beso la curó y el resto de sus vidas se lo pasaron muy bien. Esto es todo.