HABÍA UNA VEZ UN TORERO QUE ESTABA EN LA PLAZA DE TOROS. DE REPENTE SALIÓ UN TORO GRANDE, GIGANTE Y BLANCO. SALIÓ CON TODA LA FUERZA Y EL TORERO LO SALTÓ. DESPUÉS ESTUVO TOREANDO UN POCO Y EL TORO SE FUE A SU CASA, AL CORRAL, Y DESCANSÓ. EL TORERO SE FUE A SU CASA, SE QUITÓ SU DISFRAZ Y SE FUE A LA CAMA.