HABÍA UNA VEZ UNA GALLINA QUE SE LLAMABA JUANITA. UNA MAÑANA SE LE ROMPIÓ UN ALA CUANDO SE DESPERTÓ.
JUANITA LE LLAMÓ A SU MADRE Y LE DIJO:
– MAMÁ, SE ME HA ROTO UN ALA
– YA TE LLEVARÉ AL VETERINARIO
FUE AL VETERINARIO, LLAMÓ A LA PUERTA, LE ABRIÓ LA PUERTA EL VETERINARIO Y LE DIJO EL VETERINARIO:
– BUENOS DÍAS
– SE ME HA ROTO UN ALA
– YO TE CURARÉ. SIÉNTATE EN ESA CAMILLA.
EL VETERINARIO LE DIJO QUE LE PONDRÍA OTRA ALA Y DIJO JUANITA QUE SÍ.
– YA TE PUEDES IR Y CUANDO TE LLAME TE PONDRÉ EL ALA.
JUANITA SE FUE A CASA CON SU MAMÁ Y AL POCO TIEMPO LE LLAMÓ EL MÉDICO. LA GALLINA FUE AL MEDICO, LE PUSO UN ALA NUEVA Y LE DIJO:
– HASTA DENTRO DE DOS MESES NO PUEDES VOLAR.
SE FUE A SU CASA Y VIVIERON FELICES.