Había una vez una lechuza que vivía en las cuevas de Zugarramurdi. Por la noche bajaba al pueblo a comer. Un día bajó y un hombre le vio que entraba en la iglesia. Sonó la alarma. Toda la gente de Zugarramurdi se despertó y la alarma estuvo una hora sonando.
Las brujas salieron a ver lo que pasaba y se quedaron en la calle.
La lechuza salió de la iglesia, le cagó a una bruja en la cabeza y se fue a su cueva. Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.