Érase una vez un chico que quería aprender a leer porque si no todos los chicos se reían de él.
Un día le dijo su madre:
– ¿Quieres que vayamos a leer todos los días?
-¡Sí, sí!
El niño aprendió a leer y no se riéron de él nunca más.
Érase una vez un chico que quería aprender a leer porque si no todos los chicos se reían de él.
Un día le dijo su madre:
– ¿Quieres que vayamos a leer todos los días?
-¡Sí, sí!
El niño aprendió a leer y no se riéron de él nunca más.