ÉRANSE UNA VEZ TRES HERMANAS QUE VIVIAN EN LA CIUDAD. UN DIA LA MAMÁ LES PIDIÓ A SUS TRES HIJAS QUE FUERAN A VER A SU ABUELA Y LE LLEVARAN UN PASTEL DE CHOCOLATE Y UN ZUMO DE NARANJA. LES DIJO SU MAMÁ:
– NO PASÉIS POR EL PARQUE PORQUE HAY UN MONTÓN DE LOBOS.
– TÚ LISA, LLEVARÁS LA CESTA.
– ¡ADIOS MAMÁ!
COMO ESTABAN CANSADAS Y SUDABAN, CUANDO VIERON EL PARQUE JUGARON MUCHO RATO Y COMO SE REÍAN MUCHO SE DESPERTARON LOS LOBOS.
– PERO, ¿QUÉ ESTÁIS HACIENDO AQUÍ?
LAS NIÑAS SE ABRAZARON Y TENÍAN MUCHO MIEDO.
– ¿PERO, QUE LLEVÁIS EN ESA CESTA?
– LLEVAMOS UN PASTEL Y UN ZUMO
EL LOBO LES DIJO:
– VOSOTRAS VAIS POR ESE CAMINO Y YO IRÉ POR EL CAMINO ANCHO
LAS CHICAS SE FUERON POR EL CAMINO LARGO Y EL LOBO SE FUE POR EL CAMINO CORTO Y LLEGÓ A LA CASA DE LA ABUELI TA Y SE LA COMIÓ DE UN BOCADO COMO SI FUERA UNA UVA.
SE PUSO EL DISFRAZ DE LA ABUELITA Y LLEGARON LAS CHICAS. LAS CHICAS CREYERON QUE ERA LA ABUELITA Y LE DIJERON:
– ABUELITA, ABUELITA, ¡QUÉ OJOS TAN GRANDES TIENES!
– ¡SON PARA VERTE MEJOR!
– ABUELITA, ¡QUÉ BOCA TAN GRANDE TIENES!
– ¡ES PARA COMERTE MEJOR!
SE LAS COMIÓ DE UN BOCADO Y CUANDO OYERON LOS CAZADORES SU GRAN RONQUIDO FUERON CORRIENDO Y VIERON AL LOBO Y LE CORTARON LA TRIPA. SACARON A LA ABUELITA Y A LISA Y A CAPERUCITA Y A NAHIA.
EL LOBO SE MURIÓ Y TODOS DISFRUTARON DE LA MERIENDA Y VIVIERON FELICES Y COMIERON PERDICES.
FIN