Érase una vez una mariposa que estaba muy muy triste porque no tenía amigos ni padres ni nada. Un día se fue al castillo donde vivía una princesa.
– ¡Turururu, tururu!
Se oyeron las trompetas y cuando la princesa vio a la mariposa le dijo:
– ¿Quieres vivir conmigo?
– Sííííííí
Y vivieron felices desde entonces
FIN