Érase una vez un león que era un poco tonto. Y un día se encontró con un ratón y se hicieron amigos. El ratón como era muy listo le dijo al león: “Te hago una apuesta a ver quien cruza antes el río” y el león aceptó la apuesta. Cuando fueron a cruzar el río el ratón que era muy listo se montó encima de un pez y cruzó en décimas de segundo mientras que el león que estaba muy gordo se hundía y le costó mucho rato porque el león no se había enterado que el ratón había hecho trampas.
Cuando llegaron a la orilla del río el león vio que había perdido la apuesta y se puso tan triste que empezó a llorar y al ver el ratón su tristeza le dijo la verdad y los dos se pusieron muy contentos.