Érase una vez un pueblecito en las montañas llamado Ujué. Sus habitantes eran pobres y no tenían para comer, se habían secado los campos de trigo y de avena. Todo se había secado, todo.
Un día todas las nubes se pusieron de colores, y todos las miraban y se preguntaban:
– ¿Qué va a pasar con esas nubes?
Y así se quedaron muchos días. Un día todas las personas se asomaron a la ventana y llovía dinero. Todos salieron a por los billetes y las monedas y vivieron felices.