Había una rosa mágica al lado de una charca en el desierto que concedía cualquier deseo a la gente que se le acercaba.
Un día toda la gente del pueblo fue a coger agua a la charca y de repente dijo una mujer:
– ¡Qué rosa más bonita! Quiero que haya más.
Y dijo la flor:
– Gracias. Tu deseo se concederá.
Toda la gente del pueblo se quedó impresionada mientras las rosas salían y cuando ya estaban listas la rosa dijo:
– Coged una para cada familia. Cualquier deseo que pidáis se hará realidad. ¡Ah! También dadle mucha agua para que sea más poderosa como yo.
Y así todo el pueblo fue feliz.