Erase una vez… Hace cientos de años hubo una guerra donde participaba Cantónimo.
Su país había matado a mucha más gente que el otro. Cantónimo anunció para los dos países:
–¿Qué os parece si resolvemos los conflictos hablando?
Y dijeron todos :
–¡Sí!
Luego todos guardaron las armas. Se pusieron de acuerdo y resolvieron el problema.
Pero un día un hombre que no sabía nada se dijo:
“Bah si total todo lo que dice Cantónimo son absurdeces aquí, hay que luchar”.
Pero Cantónimo se enteró de lo que había dicho y con amabilidad dijo:
–Yo creo que los problemas hay que solucionarlos hablando pero si tú crees que hay que luchar pues haced lo que queráis. Solo os lo digo por vuestro bien.
Se quedaron todos un rato pensando y al final dijeron que sí. A partir de ese día ya nunca más hubo guerras y a Cantónimo le pidió disculpas por lo que le había dicho. Cantónimo le perdonó y vivieron felices sin guerras.