Había una vez un hada que vivía en una casa de Ujué. Se llamaba Emma. Su pelo era negro como la noche. Era pequeña. Sus ojos eran marrones como la rama del árbol y llevaba un vestido azul cielo, una varita mágica en la mano y por último llevaba unos zapatos preciosos de color rojo rubí.
Un día el hada salió de paseo por el campo y se encontró con otra hada. Emma se sorprendió porque pensaba que era la única hada del mundo. Así que dijo Emma:
– Hola, me llamo Emma Parquea ¿y tu?
– Hola, yo me llamo Aisea Jefaca.
Entonces Emma tuvo una gran idea y dijo:
-¿Quieres ser mi amiga y vivir conmigo? Vivo sola en un pueblo precioso llamado Ujué.
Respondió Aisea
-Sí, me encantaría
Vivieron juntas para siempre.
FIN