Había una vez un perro que se llamaba Wisci. Se escapaba todos los días y un día se perdió. Su dueño estaba preocupado y lo buscó por todas partes y no lo encontró.
Lo encontró otro dueño y se lo quedó. Pero el perro se sentía muy triste y fue a la casa de Jon, que era su dueño, y ya se sintió muy bien. Y el segundo dueño se compró otro perro.
Fin