Hace tres semanas en el viejo puerto de Valencia un barco tijera estaba muy sucio y cada vez que se adentraba en el mar, vomitaba. Un día se adentró en el mar y vomitó como un cuto, al final se durmió. A la una de la madrugada, en Canarias, se chocó contra un faro y se dio la vuelta del impacto. Se despertó, y vio que tenia un bollo pero estaba limpio. Se dio la vuelta y le dijo al faro:
– Lo siento mucho
– Da igual porque ya me han pegado muchos barcos. Mejor que te quedes aquí y mañana marches.
El barco tijera le hizo caso y se quedó a dormir en esa ciudad. A la mañana siguiente fue a Benidorm, se comió un susi y ya no vomitó más en el mar. Volvió a su pueblo y nunca se separó del puerto.
Colorin colorado este cuento se ha acabado.