Un niño, en esta escuela, tiró un plátano a la basura y desde ese día decidimos estudiar la huella del plátano. Hemos estudiado la huella que deja el plátano desde que se cultiva hasta que se comercializa. Consta de cuatro fases: el cultivo, el transporte, el envasado y la comercialización.

En la fase del cultivo, cuando tiras un plátano, malpierdes: los nutrientes de la tierra, el trabajo y el esfuerzo de los agricultores, el agua para regar los plataneros, la tierra de cultivo y el gasoil de los tractores.

En la segunda fase si tiras un plátano contaminas mucho porque los aviones, camiones, coches y barcos que transportan plátanos desde Canarias o desde América arrojan dióxido de carbono a la atmósfera y, si seguimos así, acabaremos muriéndonos. Además a parte de eso gastas el trabajo de quien los transporta.

En la fase tres también contaminas porque al comprar bolsas y después tirarlas contaminas el planeta pero sin embargo si tú te llevas una bolsa de casa te servirá para todas las compras sin necesidad de comprar una nueva. También los plátanos se envasan en cajas de cartón y en cajas de porexpán sin necesidad.

En la fase cuatro malpierdes el tabajo y el esfuerzo de los empleados de los mercados y contaminas más porque cuando tú los compras te los tienes que llevar a casa seguramente en coche y además es como si tiraras el dinero que te ha costado el plátano.

Todo esto es lo que pasa cuando tiras un plátano a la basura que una persona pobre se lo podria haber comido.