EL MOTORERO

ÉRASE UNA VEZ UN MOTORISTA QUE TENÍA UNA MOTO. UN DÍA FUE A ECHAR UNA CARRERA A TAFALLA. CUANDO LLEGÓ,  SE PUSO EL TRAJE DE LA MOTO, COGIÓ LA MOTO, FUE HASTA DONDE LOS PISOS DEL TIO JAVI Y AHÍ ESTABAN ESPERÁNDOLE. ENTONCES EMPEZÓ LA CARRERA.

CUANDO EMPEZÓ LA CARRERA HABÍA UNA CUESTA PINA Y NO PODÍA SUBIR. PROBÓ Y NO PODÍA. AL FINAL PROBÓ, LE DIO A TODA CAÑA Y ENTONCES SE LA SUBIÓ. ÉL IBA EL PRIMERO, LE SALIÓ UNA CUESTA PARA ABAJO, SUBIÓ UNA CUESTA PARA ARRIBA Y OTRA VEZ PARA ABAJO. LUEGO FUE A TODO METER Y VEÍA  LA META Y LOS DEMÁS VENÍAN POR DETRÁS. AL FINAL ÉL ESTABA CONTENTO Y AHÍ HABÍA BACHES, ENTONCES SE CAYÓ. LOS DEMÁS TAMBIÉN SE CAYERON Y YA ESTABA CASI EN LA META PERO HABÍA UNA CUESTA PARA ABAJO,  FUE A TODO METER SE CAYÓ Y LOS DEMÁS TAMBIÉN SE CAYERON. SÓLO SE LEVANTÓ ÉL PORQUE LOS OTROS NO PODÍAN. LLEGÓ A LA META Y GANÓ. LE DIERON UN COPA Y SE FUE A CASA CONTENTO.

MINICUENTOS

LA LLAVE

HABIA UNA VEZ UNA LLAVE QUE ERA DORADA, LE DABA EL SOL Y NO PODÍA ARRANCAR EL COCHE . SE FUE EL SOL Y LO ARRANCÓ. FIN

 EL HIPOPÓTAMO

HABÍA UNA VEZ UN HIPOPÓTAMO QUE LE GUSTABA EL AGUA Y UN DÍA SE SECARON TODOS LOS SITIOS DEL CAMPO DONDE SE BAÑABA. LLOVIÓ Y SE PUSO CONTENTO .FIN

EL LADRÓN

HABIA UNA VEZ UN LADRÓN QUE ROBÓ A UNA SEÑORA EN LA CALLE LA CARTERA. LA SEÑORA  LLAMÓ A LA POLICÍA Y LO METIERON A LA CARCEL Y 2 AÑOS DESPUÉS LE SACÓ UN AMIGO. TODOS SE PUSIERON CONTENTOS.  FIN

EL CERDITO

ÉRASE UNA VEZ UNA FAMILIA DE CERDOS QUE NO PARABA DE LLORAR PORQUE TODOS LOS DOMINGOS UN HOMBRE QUE PASABA POR AHÍ LES ASUSTABA.

EN LA GRANJA EL CERDO PEQUEÑO ENCONTRÓ UN ANILLO EN EL SUELO. LO MIRÓ DURANTE UNA HORA Y LE DIO UNA PATADA PORQUE NO LE GUSTABA. PASÓ EL HOMBRE Y LE DIO MIEDO EL ANILLO Y NO PASÓ NUNCA MÁS POR ALLÍ Y COLORÍN,  COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO.

 

 

 

 

EL ASTUTO MUÑECO

Aquí empieza la historia de un muñeco de madera que tenía prohibido salir de la escuela en la que vivía. Todos los días de clase los niños lo pintaban y al muñeco no le hacía nada de gracia. Estaba cansado de que todos los días esos pequeños monstruitos le hicieran lo mismo. Siempre intentaba escaparse pero nunca lo conseguía. El pobrecillo perdió la esperanza de salir de ese lugar, así que le daba igual todo lo que le hicieran.

Era de noche cuando el muñeco dormía y se le apareció un duendecillo diciéndole que no perdiera la esperanza, que pronto iba a salir de allí. El muñeco le dijo que eso era imposible, que lo había intentado una y otra vez y que jamás lo podría conseguir. El pequeño hombrecillo verde le dio unas monedas y le dijo que con eso lograría salir. En ese momento el duendecillo desapareció. El hombre de madera se quedó pensando cómo con unas monedas conseguiría salir. Después de mucho rato dándole vueltas seguía sin entenderlo.

A la mañana siguiente los niños y profesores volvieron al colegio como todos los días y como siempre, los niños empezaban a fastidiar al muñeco. En ese momento se le encendió la bombilla y descubrió que podía tirar las monedas al suelo pensando que los niños se abalanzarían como locos a por ellas y entonces escapar. Así lo hizo y funcionó muy bien. Todos los niños se lanzaron sobre las monedas y el hombrecillo logró escapar.

Feliz y contento el muñeco empezó una nueva vida lejos de allí y todas las noches se acordaba del hombrecillo que le ayudó a escapar. Y como me lo contaron os lo cuento.

LA SILLA Y EL LIBRO

En el país Antorcha todo era muy raro y diferente a cualquier otro país. Allí vivían una silla y un libro. La silla se llamaba Toti, y dependiendo de cómo se sintiese cambiaba de color. Si se ponía de color rosa nos indicaba que se sentía triste, sin embargo si se ponía verde nos mostraba que estaba alegre. El libro se llamaba Packs y cualquier cosa que le preguntaras te enseñaba la respuesta.

Un día, el libro paseaba por el parque y vio a la silla de color rosa. Packs amablemente se acercó y le preguntó qué le pasaba. Toti le dijo que estaba muy triste porque hacía mucho tiempo que no veía a su hermana y temía que algo malo le hubiera pasado. Packs le respondió que no se preocupara, que él le podía enseñar como se encontraba su hermana. En ese momento, Packs se abrió y le mostró su imagen. Al verla Toti se puso verde como la hoja de una hermosa lechuga, y el libro se alegró.

Desde entonces los dos fueron muy buenos amigos y se ayudaron en lo bueno y en lo malo.

 

EL MONTE CHUCHU

Hace unos años en un pueblecito de Navarra llamado Ujué un chico de la capital llamado Fermín, acompañado por su perro Chispa, fue a visitar uno de sus montes: El monte Chuchu.

Fermín era alto como un pino, de piel y pelo morenos y ojos verdes. Le gustaba mucho la naturaleza y sabía mucho de monte, aunque fuera de ciudad. Después de mucho andar llegaron al monte. Se quedaron sorprendidos por las vistas que veían desde la cima. A Fermín le entró el hambre y decidió sentarse a comer. Mientras comía,  Chispa se echaba una siesta pero de repente la niebla les invadió. Fermín, muy asustado, decidió recoger todo y marcharse cuanto antes porque si se quedaba allí lo más seguro sería que no encontrara el camino de vuelta.

De repente Chispa olió un conejo y salió corriendo detrás de él. Fermín preocupado fue detrás del perro pero se resbaló y cayó en un agujero. Todo estaba oscuro y hacía mucho frío. Fermín oyó una voz que le dejó muy asustado. Después de unos segundos un zorro apareció y empezó a hacerle preguntas. Fermín estaba alucinado al ver que ese animal le hablaba. El chico pensó que al resbalarse se hubiera dado un golpe en la cabeza y estaría viendo visiones. El pobre se desmayó.

Pasado un rato,  junto a Fermín estaban el zorro y su perrito Chispa. El zorro volvió a intentar hablar con él y esta vez lo consiguió. El animal salvaje les dijo que podían contar con él para lo que quisieran. Entonces Fermín le preguntó si sabía como volver al pueblo. El zorro les explicó que con esa niebla era imposible bajar así que tenían que esperar a que la niebla despejase. Después de unas largas horas el animal les comunicó que la niebla se había ido y que ya podían bajar. Fermín y Chispa le dieron las gracias y se marcharon.
Todos los días Fermín y su mascota se acuerdan de aquel día.

 

EL DELFÍN Y LA ESTRELLA

 

HACE CUATRO O SEIS SEMANAS UN DELFÍN PASEABA Y SE ENCONTRÓ CON UNA ESTRELLA DE MAR. EL DELFÍN TENÍA HAMBRE,SE COMIÓ UN BRAZO DE LA ESTRELLA. A LA ESTRELLA LE SALIÓ SANGRE Y LUEGO LLORÓ.

LA ESTRELLA FUE AL DOCTOR MARTILLO QUE ERA UNA MANTA, ABRIÓ LA PUERTA CON LA MANO IZQUIERDA Y ENTRÓ EN LA CONSULTA. SE TUMBÓ EN LA CAMILLA.

EL DOCTOR TRAJO SU MALETÍN CON MUCHAS HERRAMIENTAS, SACÓ LAS QUE NECESITABA, LE PINCHÓ Y LE CURÓ. LE DIJO LA ESTRELLA:

– MUCHAS GRACIAS. ADIÓS.

EL DOCTOR MARTILLO LE DIJO:

– SI TE PASA ALGO YA TE CURARÉ YO.

LA ESTRELLA VOLVIÓ AL MAR CONTENTA Y FELIZ. EL DELFÍN DIJO QUE NUNCA MÁS SE IBA A COMER A LAS ESTRELLAS.

 

 

EL CUAD

Había  una   vez  un  cuad  que  se  pinchó la  rueda de atrás en  la  bajera   de  casa.

Vio que tenía un poco la rueda hinchada, abrió la bajera y fue a todo meter a Calahorra. Se   la   arreglaron. Se   puso  muy contento.

Colorín  colorado  este cuento  se  ha acabado.

EL COCHE DE CARRERAS

Un conductor con traje amarillo y casco azul que conducía un coche rojo y con un dibujo de fuego por los lados, quería hacer hacer una carrera. Empezó la carrera e iba el primero. Cuatro se chocaron: el italiano, el francés, el alemán y el portugués, pero él no se enteró y siguió luchando hasta el final.

Ganó la carrera y fue el mejor corredor de mundo, claro después de haber hecho muchas carreras. Nadie le ha superado hasta ahora.

META FINAL

TUTIFRUTILANDIA

En una ciudad muy grande de América vivía una familia de frutas. Los miembros de esta familia eran: El padre, que era un melón, la madre, que era una sandía, el hijo mayor, que era una piña, la hija mediana, que era una hermosa manzana, y la hija pequeña que era una pera.

Los tres niños de la familia querían ir a un parque nuevo en la ciudad llamado “Tutifrutilandia” pero sus padres no les podían llevar porque la madre no sabía conducir y el padre tenía mucho trabajo en la oficina.

Muy disgustados y enfadados los chicos por la tarde se encerraron en sus cuartos sin salir ni para cenar. Sus padres intentaban conseguir que salieran pero cuanto más insistían menos caso les hacían.

A la mañana siguiente llegó la hora de ir al colegio pero cuando bajaron a desayunar sus padres les comunicaron que ese día no iban a ir a la escuela. Ellos les preguntaron cual era la razón para no acudir al colegio y les dijeron que los iban a llevar a Tutifrutilandia.

Los tres hijos empezaron a gritar y a saltar de alegría. En media hora llegaron al parque y los niños querían montarse en todas las atracciones.  El hijo mayor y la hija mediana se podían montar en todas las atracciones porque tenían la altura suficiente pero la pequeña no podía porque era bajita.  Su madre para consolarla le dijo que había una zona especial para los niños como ella y que los niños como sus hermanos no podían entrar. La pequeña frutita se alegro muchísimo.

Llegó la hora de cerrar el parque así que la familia se marchó a casa. Los niños les dieron las gracias a sus padres por esa sorpresa tan agradable que les habían dado.

 

fin

MARÍA

EL DRAGÓN HERIDO

HABÍA UNA VEZ UN DRAGÓN QUE ERA MUY GRANDE,  SE ENFADABA MUCHO Y ECHABA FUEGO POR LA NOCHE PARA TENER LUZ. SE LLAMABA JUAN.

UNA NOCHE ESTABA LLOVIENDO. EL DRAGÓN JUAN DIJO:

– VOY A SALIR UN POCO POR AHÍ A PASEAR. NO USARÉ MIS ALAS PARA BAJAR.

LLEGÓ A LA CALLE Y DIJO:

– ES QUE ME DA MIEDO BAJAR LA CUESTA.

DESPUÉS SE CAYÓ Y GRITÓ:

– ¡AAAH!

MARCOS, ÍÑIGO, IBAI, OIER, FÁTIMA, LORENA, MARÍA, ARITZ, LARRAITZ Y ESTHER FUERON A MIRAR AL DRAGÓN Y VIERON QUE TENÍA UN HUEVO EN LA  CABEZA Y SANGRE DEBAJO DEL BRAZO. LLAMARON A LA AMBULANCIA. LO LLEVARON AL HOSPITAL, LE CURARON LA HERIDA Y VOLVIÓ A CASA. SE ECHÓ EN LA CAMA A DESCANSAR.

IBAI, OIER, FÁTIMA